Estamos acostumbrados a ver París entre magnificas luces, edificios
imponentes con transeúntes de apariencia elegante. El París de los sueños se
trasviste, Gabrielle Taron retrata la otra cara, la que no gusta ver. En un
arriesgado proyecto fotográfico se camufla en la vida callejera de París de
quienes se apropian de las aceras para encontrar un lugar donde pasar la noche.
Las fotos muestran junto con su historia, escrita, lo difícil de acercarse
a quienes París no es la famosa ciudad de las luces y se refugian en la
oscuridad. Esa realidad es cruda, como Taron busca captar para conectar con
la cultura peruana desde la carencia
hasta el folklore quechua.
Se aprecia el evolutivo acercamiento a
ese mundo oculto en la imponente París. La fotógrafa se involucra para
recrear un estilo de vida que no se elige sino que por una serie de desaciertos
se termina sufriendo. Así como la calle se comparte, en el espacio de la muestra, se presenta también
el retrato del pueblo de Salamanca en Condesuyos, se conecta con expresiones que parten de lo cotidiano desde
un ángulo que pocos se atreven a ver de cerca.
ADN DE LA RUE Y
MOTE MOTE se exponen en la sala de la Alianza Francesa con ingreso libre hasta
el 21 de agosto.
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