Labor arqueológica: LA GUERRA DE MAQUIEIRA, ENTREVISTA (2003)


*Entrevista de Claudia Donoso originalmente publicada en Abril de 2003



Rockeros, playboys, asesinos y mafiosos del Bronx, modelos internacionales, beatas y putas asociadas a la Santa Inquisición, despliegan sus jergas endemoniadas y su señorío suicida en La Tirana, publicada -en 1983- en una autoedición titulada, en consonancia con la época, Tempus Tacendi, o sea. tiempo de callar. Sin embargo. Ese libro capital que hoy no existe en ninguna parte, se lo habló todo en medio de un paisaje donde no se oía ni el rumor de las hojas cayendo: "Aún soy la vieja que se los tiró a todos. Aún soy de una ordinariez feroz!" vociferaba Maquieira a través del esperpento que creó, La Tirana, reverso femenino del tirano y retrato de otras tiranías sempiternas. "Nos educaron para atrás padre/ Bien preparados, sin imaginación1 y malos para la cama./ No nos quedó otra que sentar cabeza/ y ahora todas las cabezas/ Ocupan un asiento/ de cerdo."
Hijo de diplomáticos, el niño Diego Maquieira -ahora con 51 años cumplidos- vivió durante sus primeros cuatro años en Estados Unidos y su idioma fue el inglés, que llegó hablando a Lima; desde ese virreinato donde recién vino a aprender el castellano, aterrizó en la capitanía general de Chile hablando cantado y pronunciando las eses. Tuvo que empezar inmediatamente a defenderse, no con patadas sino con disfraces de dandy, de cantante "que no existe'' y frases de triple filo. Diez años después de La Tirana, Maquieira emitió Los Sea Harrier "Ya no quedamos muchos muñecos culeados en las radas de estos puertos", decía allí en ese tono en el que Enrique Lihn percibió una "asimilación creativa del Lenguaje chilensis con mención especial en las jergas de lolos y playboys".
En Chile, Maquieira se quedó varado para siempre: "Sé que me van a destrozar pero no antes de que se derrame un poco de sangre" escribió por esas fechas. Después de Los Sea Harrier no ha vuelto a publicar. Sentado en el sillón donde ahora esta encallado dice, no demasiado convencido, de que tiene a medio camino un texto inédito que se llama El arca de No y que lo tiene escrito "aquí y cuando dice "aquí, se apunta el plexo solar con el dedo: "Aquí, dice, "entre lo que respira y lo que late". En cuanto a su autoprofecía del destrozo, si bien no ha corrido la sangre, a su alrededor van quedando pocos títeres con cabeza.
-En esta casa donde vives es imposible no reconocer lo que Adolfo Couve llamaba "una guarida".
-Si, una guarida y no sólo una guarida, sino una especie de manicomio personal donde yo soy el centinela que abre el manicomio y lo cierra para que las cosas estén en orden y haya paz y serenidad.
-Pero aquí hay un ambiente de mudanza porque esta lleno de cajas y de libros empaquetados...
-La mudanza fue suspendida.
-¿Y ese gato negro que acaba de pasar?
-Ese gato no es mío. Se llama Lou Reed. Es raro que aparezca de día. Lo herede de mi hijo Samuel. Por algo me lo habrá dejado. Y me mira fijo. Hemos tenido duelos visuales a ver quién aguanta más y él me gana. Mueve las orejas y me mira así como diciéndome "saco de huevas".
-¿Y cuando circulas, es por dónde?
-No, mis circulaciones son mínimas. Hace poco fui a ver a Martin Hoppenhayn pero se enojó conmigo porque no le gustó que yo llegara a su casa con mi escolta.
-¿Con tu qué?
-Con mi escolta de cuatro autos. Y con balizas. Lo encontró
-¿Qué balizas?
-Les regalé balizas a mis amigos de los radiotaxis porque a mí me encantan las cuestiones que giran, cualquier cosa que se dé vueltas. Entonces, como no tengo auto, ando en cuatro.
-No te creo.
-Llámalos. Son los Radiotaxis Apolo. Al servicio de Dionisios, les digo yo. Los llamo y llegan al tiro. "Pero por qué hace esto usted", me dicen, "está botando la plata". Entonces les respondo: "Es la soledad del poder. Soy el presidente del Océano indico".
-¿Y los choferes de tu escolta, son siempre los mismos?
-No, pero cuando pueden, me mandan a mis amigos. Además son simpáticos. Me acompañan hasta que yo abra la puerta de mi casa porque están preocupados de que yo siga viviendo. Y yo sigo viviendo y les pago y les aclaro: "la plata vale callampa pero la necesitamos todos, así es que ahora vamos a ir a asaltar la Farmacia Ahumada". Llegamos y les digo "Miren, para sacar plata del Redbanc no puedo bajar sin zapatos y ando a pata pelada. Me veo impresentable, ¿están de acuerdo?" "Si”, me dicen, "estamos de acuerdo", entonces ahí el chofer me presta sus zapatos.
-¿Pero tú en qué te ganas la vida? ¿Trabajas o has trabajado en algo económicamente remunerado?
-No. Yo soy un inútil. Soy incapaz de mirar un diario y salir a buscar empleo porque soy inutilizable. En eso también estoy con Duchamp.
-¿Y no te da remordimiento?
-No. Me gustaría, por supuesto, tener un capital que me permitiera prescindir de apoyos no sólo familiares sino de amigos. Pero a mí me parece infinitamentente estúpido trabajar para recibir un sueldo y en eso soy irreductible.


DEL ANNAPURNA DE MAQUIEIRA 



LA SANGRE
-¿Se te estudia a ti en alguna parte?
-No. ¡Qué se me va a estudiar!
-¿Quiénes te buscan?, ¿quién te pide que te pronuncies?
-Nadie. Pero el otro día llamé a Parra por teléfono.
-¿Y qué Le dijiste?
-Le pregunté: "qué diferencia hay, Nicanor, entre un hombre cobarde y otro que tiene miedo". Entonces me dice: "esto parece una entrevista". "No, si esta no es una entrevista. Esta es una conversación entre un discípulo y un maestro y bueno, ya que no tienes una respuesta yo te la voy a dar: el que tiene miedo generalmente muere joven en cambio el cobarde es más longevo".
-¿Encuentras que se vive demasiado?
-Sí, y ya que no me morí en el desembarco en Normandia me gustaría mandarme a asesinar, tener a un tipo contratado y cuando yo doy la orden, pum, pshht y se acabó. O que el Ejército de Chile tuviera respeto por mí y que me ejecutaran por traición a la Patria. Pero es muy difícil de conseguir y no lo van a hacer.
-No tienes un enemigo suficiente.
-No, y tampoco tengo ese mínimo poder que me gustaría tener para dar la orden de que me maten. Yo, que trato de armar la guerra con todo el mundo me va pésimo. 'Ataquen'', les digo. Nadie quiere guerrear.
-¿Por qué te gusta la guerra?
-Porque limpia el paisaje. La ultravioiencia en Chile es altísima. Lo que me molesta es que no la reconozcan; en eso los encuentro unos cobardes. Entonces me quedo solo. Ya no se puede escribir. Hay que atacar desde otro punto.
-¿Y cómo lo estás haciendo?
-Como nadie me recibe, ocupo el teléfono para comunicarme porque veo que aquí estamos todos incomunicados. Es fácil, porque tú usas a la CTC y hay una mina que es como tu secretaria. Últimamente estoy dedicado a las relaciones internacionales. He llamado a algunos mandamases a Estados Unidos, a París, y aquí en Chile me contestó lzurieta: a "Ésta es una llamada del poeta a el soldado", le dije. "Cuidado con Perú. No tengo fundamentos reales, lo que tengo es imaginación, así es que investiga y, si hay conflicto, yo te quiero pedir un favor". "Encantado", me dice, "¿cuál?". "Yo quiero armamento pesado. Los tanques no me gustan mucho, prefiero una MK-16 con mira telescópica y cañón de retroceso, así es que me la mandái en caso de conflicto". Y ahí el tipo se rió.
-Simpático Izurieta.
-Simpático. Cada vez cuesta más respirar en este país, no hay juego, hay demasiada imbecilidad y no hay sentido del humor. Enrique Lihn no se pudo ir de Chile y eso lo liquidó, entonces en vez de escribir, empezó a producir. La metástasis de su poesía. El que se queda termina haciendo siempre algo patético respecto de sí mismo y se convierte en una especie de Kike Morandé. Así es que estoy dedicado a poner orden en el gallinero y a echarme a todos lo que puedo. Y ahora me quedaba la madre. A la madre también hay que echársela.

-Pero aparentemente tenías una relación muy valorativa con tu madre, muy cercana.
-Eso es falso. El afecto se conserva pero no influye en la conducta. La Julita no me ha hecho nada. La condeno como arquetipo de mujer chilena. Y yo le dije a la Julia: "Tú que eres vasca, métete a La ETA. No lo hizo. Ésa es mi desilusión, pero tiene una ETA dentro y le sale.
-Tú crees en La sangre.
-Pero totalmente. Yo soy gallego y vasco. Por eso soy bipolar. Mi mamá me llevó a tres siquiatras para que me hicieran un diagnóstico. "Trastorno de la personalidad", le dijeron. "No pues", les contesté yo, "yo soy un tornado tras la personalidad". Me agarré con el siquiatra y le dije: "tú estás anestesiado por tus propios pacientes. Y además tu consulta es aburrida, tus cuadros son como el culo, no tenis ni whisky ni champaña ¿y querís hablar conmigo? Tái cagado. Ábreme la puerta porque tengo a cuatro roperos de tres cuerpos esperándome afuera". Ahí se asustan. '"Y además vengo a verte nada más que para hacer feliz a mi pobre papá".
-¿Está vivo?
-Si, tiene una salud de fierro. Mi papá es extraordinario.
-¿Tú no crees que has estirado mucho la cuerda?
-¿Con respecto a qué?
-A tu propia gente.
-Es posible que sí. Pero ¿a qué te refieres con lo de mi gente?
-Eso es lo que te pregunto yo: quién es tu gente.
-Mi gente en el fondo son mis hijos. Mis mujeres no me importan mucho. Me importa que estén bien, que sean felices. Pero si me importa Samuel, Sebastián y Luqui, mi hijo de dos años. "Cómo te llamas", le pregunto. "Lucas". "¿Cómo te has portado?" "Mal”, dice. Brillante. Me va dar problemas ese niño al que amo mucho.
-Tu gente también ha sido la clase alta chilena, la gente jái ¿qué bicho te picó que ahora te los estás cargando?
-Cierto, cierto. He tenido una tolerancia inconmensurable con la frivolidad, pero me cansé con la mentira.
-¿Desde dónde pronuncias esa frase?
-Desde lo que veo. A mi la clase alta chilena me parece de lo peor. Este país se acabó cuando Balmaceda se pegó un tiro. ¿Y quién lo mató? La derecha, que le estaba vendiendo esta lata de país a los gringos. Nunca se pudo armar. Ni siquiera Andrés Bello logró poner orden en este gallinero. Como digo yo, a la clase alta, de clase le va quedando muy poco y de alta mejor no hablar.
-Pero de los cuicos te seducen Las buenas maneras.
-Claro. Están las buenas maneras, pero anulándose a sí mismo. Y me doy cuenta que no se dan cuenta y lo peor es que los sigo queriendo. Tienen todo el poder, toda la plata, todos los apellidos y son infinitamente imbéciles. La falta de talento de la derecha es lo que me jode porque en el fondo pertenezco a la derecha. Ser amigo de Silvio Rodriguez ¿why not?, pero es cubano. Victor Jara no está. ¿De quién cresta voy a ser amigo? ¿Del Temucano? En cambio yo simpatizo más con un polero, con un fucking playboy.


DEL ANNAPURNA DE MAQUIEIRA


HALCÓN PEREGRINO
-¿Te hubiera gustado ser un playboy?
-Me hubiera encantado, pero en mi alma tampoco hay nada que sea de playboy. He conocido muchos playboys en mi vida, me caen simpatiquísimos, pero a ellos, en el fondo, las mujeres les importan una raja. No se comprometen sentimentalmente con la mujer con que se acuestan, en cambio yo me meto con una mina y esa mina va a tener por lo menos diez o viente años de gobierno.
-¿Y te has vuelto a enamorar?
-No, yo ya no me enamoro. Tengo compasión, no amor. El otro día, un amigo rico me mandó a una puta. Carísima, de 400 lucas la tipa. Finísima, preciosa. Yo le empecé a preguntar sobre su vida, y ella esperando que yo tomara la iniciativa. Le dije: "estoy en veda, no me interesa hacer el amor. Pero sí te voy a pedir que te pasees desnuda. Después te vas a sentar y me vas a leer un poema de Ungaretti que se llama La piedad. Preciosa, preciosa la mujer y súper fría. Además era madre, tenía un hijo, lo que le daba más consistencia. Hizo lo que le pedí. Se paseó desnuda, después se sentó a leer el poema de Ungaretti y terminó llorando. Estoy viejo yo ya. Pero verla leer mientras se le caían las lágrimas produce un efecto… "Ahora vístete y ándate", Le dije, "esto es suficiente para mi".
-¿Y los amigos?
-Me van quedando pocos y al final cualquier tipo de compañía me parece poco recomendable.
-Ya que no has vuelto a publicar ¿por qué no escarmenas tu propia lana y desarrollas lo que ya has hecho?
-No, ni programa, ni proyecto, ni proceso. Me cargan los proyectos. Sólo fluido. El desarrollo se lo dejo a los demás. Yo no me repito y además lo he demostrado. Yo soy como el halcón peregrino que es el ave más rápida del mundo y que con un poco de viento a favor alcanza los 350 kilómetros por hora y ataca a su presa en el aire. Todo lo contrario del cóndor que es carroñero.
-Sin embargo hay escritores y artistas como Matta, que a ti te gusta tanto, que no paran ¿No te dan ganas de ser como ellos?
-No. Además Matta es vasco, trabajador. Y pajero. Súperpajero. Vivísimo. A mí lo que me encanta de Matta es que se metió a los franceses al bolsillo. Fíjate que yo he guardado las fotos de Matta a cuatro días antes de morirse y veo esas fotos y mientras más se desintegra, más se ríe. Cagado de la risa.
-Lihn observa que, como en la fiesta de La Tirana donde se cruzan razas y cultos, tu poema del mismo nombre se construye como un especie de teatro del mestizaje.
- Claro, es la mezcla que es lo opuesto al incesto perpetuo de este país racista donde todos se cruzan entre ellos.
- -Bueno. en tu texto se mezclan los modos cuicos con los marginales de hablar y también incorporas textos de otros.
-Sí, porque siempre he confiado mucho más en los demás que en mí mismo. Soy seco como plagiador, pero declaro mis fuentes porque les debo. Por eso digo que soy un dj, un director de poesía, aprieto los botones y mezclo. Pero me cuesta mucho esfuerzo armar esos explosivos.
-¿Y qué necesitas tú entonces para ponerte creativamente en movimiento?
-Una visión de alta intensidad que se produce rarísima vez y que da paso al gran impulso de los espermios. Una vez dentro del óvulo tengo que trabajar como loco para estar a la altura de la intensidad de esa visión. Y como sé exactamente lo que funciona y lo que no, para mí es muy, muy difícil.
-¿Nunca has pensado en la posibilidad de madurar?
-Yo he hecho un esfuerzo inútil por ser un adulto y como siempre he sostenido, creo que no hay que ser un cretino formado sino un desconocido dándose forma. Sí, al final yo soy
un adolescente. Sigo pensando en el mar. No en la montaña. La cordillera la haría volar.
-Todos los Harrier pasan en el mar.
-Y yo sigo pensando en los Harrier. Mira [se levanta] esto lo acabo de escribir: "Ya que los Harrier han caído/han han han han/definitivamente caído/a la tierra donde quedaba el
Paraíso/Ahora vendrán aunque sólo sea una visita de inspección/ donde Adán devuelve la manzana y crucifica a Eva con una estrella de alas acabándose".
-O sea, estás con la antena puesta en Irak.
-No sé. ¿Por qué?
-Porque ahí quedaba el Paraíso, entre el Tigris y el Eufrates
-Ah, no, yo no sé lo que es el Tigris y el Eufrates. No soy un intelectual. Nunca lo he sido.
-¿Y no te da pena despilfarrar ese talento que tú tienes?
-Es que lo que yo quiero es fracasar, lo que quiero es derribar, no arribar. Derribar. Fracasar. Ahí no hay mentira. Lo que pasa es que nadie se da cuenta de que yo soy un fraude. Te puedo explicar por qué soy un fraude. Yo soy un fraude, porque en el fondo, ésa es la idea que tengo de mí mismo. Yo no quiero existir. Es demasiado trabajo.
-Tu desaparición para ti es el problema.
-Sí, pero me queda poco tiempo. Los dioses cobran tributo cuando te dan algún talento. Según Teillier terminar un poema te puede llegar a matar. Me gusta Teillier, su ternura,
no su poesía. Tomaba para aumentar su soledad y decía: "finalmente lo que vo tengo. no se lo vov a entregar a nadie”.
-¿Y cuánto más crees que vas a durar?
-No sé, una semana y media. Yo te puedo explicar. No voy a dejar que nadie me destruya. El Único que puede tener el privilegio de destruirme soy yo.

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