UNA CELEBRACIÓN: BERTA GARCIA FAET + ALEJANDRO ALBARRAN

La semana pasada dos buena noticias alegraron nuestro monitor: Berta García Faet fue galardonada con el Premio Nacional de Poesía Joven "Miguel Hernandez" 2018 en España por Los Salmos Fosforitos (que en nuestra humilde opinión es uno de los libros más hermosos de los últimos años) y el mexicano Alejandro Albarrán ganó el Premio Internacional de Poesía Manuel Acuña 2018 con el libro "Algunas personas no son caballos" (con el que esperamos hacernos muy pronto). Desde este pequeño blog los felicitamos y van dos poemas:






Circular - Alejandro Albarrán 

Una llanta, antes una rueda: un círculo.
Un círculo
sobre una línea recta – o casi,
no es geometría es
un atropello.
Y a esta distancia, en los ojos de un perro,
una T invertida.
Y sobre otra línea recta un oficial de tránsito
da una orden: “circulen”,
como si el fin fuera una rueda.
Como si a cada uno se nos fuera designado un destino igualmente circular.
“Circular, circular”, repite el oficial en la banqueta.
Circular en donde diga:
El compañero Alejandro Robles ha fallecido.
Pero que no se diga de él, fue un buen hombre, un esposo confiable,
pero que no se diga, se ha parado la sangre, hoy ya no circula.
Cuando camino en línea recta en una calle ¿quién se curva? ¿Quién da vuelta y
[gira
en la esquina equivocada y yace,
acto seguido, en el suelo con una llanta encima?
Y sobre la banqueta el oficial repite su misa de cuerpo presente: “circule, circule”,
como si al pronunciarla, la palabra misma doblara el aire,
el suelo enjalbegado por el que pasan
pasos como ruedas, como pesos
caídos del bolsillo del hombre atropellado:
Un peso rodando,
girando.
Un peso muerto:
Un peso que se le fue de encima.
Somos parecidos a nuestros amigos los ratones,
pero más superficiales. Me lo dijo un amigo.
Lo que nos hace falta es profundidad.
Por lo menos ellos, lo ratones, corren por adentro de su rueda,
aunque también se empujan, como los mirones
queriendo ver el cuerpo de un hombre atropellado.
No mire. Camine en línea recta.
No preste atención a lo que pasa a su alrededor: son los consejos
para una vida sana. Hosanna en la tierra, Hosanna en el cielo,
que se arquea. Camine, camine sobre este cuerpo muerto
que es la tierra. Haga caso: “Circule, circule”.





LI. - Berta García Faet


Yo también he sido así, desde el óvulo:

un lloriqueo amplio, intercalado

de números impares y de lyrics.

Y nada más. Así es la vida.

Bueno, sí: y nada más

y nada menos que 11’03 novios. Cuando tenía 11’03 años,

sufría sufría sufría

porque sufría; ahora ahorita ahoritita no, porque algo

                                                                                   bueno, sí

más o menos he aprendido:



“me he investigado a mí mismo”, dijo Heráclito;

“y no me duele”,

dije yo, “y yo también

digo mentiras”. Pero no pasa nada. A veces lloro no me ves

no pasa nada. Hace 1.001 noches



o vicisitudes fucsiaocres que no lloro.

El problema es que me río,

sin conjeturas;

a veces no me ves. Otras veces M. Bovary c’est moi



quien desvía la mirada, y tal;

soy yo quien llora delos sus oios

porque sucede que soy un collage

de rabietas (y/o cuchichíes). No, en serio,

en este poema debo auto-representarme

como “nena quejicosa” como “espantadiza

perdiz” “púber

y depresiva”

pero sucede que soy

simple,

SORPRESA

feliz. A mí qué me importa

el existencialismo! Bueno, sí me importa:

y nada más

lejos de la realidad que Berta García Faet

(qué vergüenza!)

cual piedra.

En este poema debo auto-representarme piedra

a piedra; sin

consecuencia,

utilizo la 3ª persona del plural (qué vergüenza!);

quiero dejar constancia de que no todo fue

burla y mentira.

Quiero dejar constancia de que

no todo se fue.

Quién se fue?

Qué vergüenza!






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