El fútbol no es
cuestión de vida o muerte; es mucho más que eso.
Bill Shankly
Cuando el equipo
gana ocurre algo geométricamente opuesto al dolor
La dicha del
ganador es interesante
Los brazos se
extienden inventando el signo de algún absoluto
(Y frente a tanta
luminosidad es inevitable la ceguera)
El punto más alto
de la felicidad es una circunferencia perfecta
De fuego
El punto de la
felicidad sucede cuando se alcanza algo difícil
Algo que coquetea
con lo inalcanzable
En cierta ocasión
un jugador de tenis le ganó a un sujeto legendario
El campeón del
mundo
El jugador (cuyo
nombre he olvidado) gritó:
¡Es imposible!
¡Es imposible que
yo le haya ganado!
Pero cuando se
pierde el dolor es insoportable
El desconsuelo del
perdedor es considerablemente interesante
El instante que
sigue a la derrota es grandiosamente dramático
Porque perder es
vitalidad que se ha ejercitado con tajante esterilidad
Infructuosamente
(Al día siguiente
se dirá siempre que no fue infructuosamente)
Pero perder es la
demostración de que todo es potencialmente letal
Perder es comprobar
que solo somos lo que somos
Algo tan débil y pequeño como nos temíamos
Por eso cuando
caemos frente a la verde inmensidad
Es imposible evitar
ese asunto de las lágrimas
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